martes, 4 de septiembre de 2012

DEPRESIÓN: ¿LA ENFERMEDAD DEL SIGLO XXI?



La depresión es un problema frecuente que afecta a hombres y mujeres de todas las edades, también a niños y adolescentes. Todos nos sentimos tristes y malhumorados a ratos, pero la depresión es más que eso. Cuando una  persona tiene un trastorno depresivo, este interfiere con la vida diaria y el desempeño normal y causa dolor tanto  para quien padece el trastorno como para quienes se  preocupan por él o ella. La depresión es una enfermedad  común pero grave y la mayor parte de quienes la padecen  necesitan tratamiento para mejorar. La depresión puede ser desde un  problema leve hasta una enfermedad grave que pone la vida en peligro. En muchas  ocasiones las personas no se pueden controlar por esta enfermedad y toman la decisión errónea del suicidio la cual va a afectar a sus familiares y seres mas queridos, a los cuales dañan sin darse cuenta por estar hundidos en este estado. De hecho, poco a poco, la persona se va apagando, va perdiendo la ilusión y la capacidad para disfrutar de cosas de las que antes disfrutaba, va teniendo menos ganas de salir y hacer actividades, su pensamiento va siendo cada día más negativo respecto a sí misma y respecto a lo que le rodea, etc. Debido a que cuando la depresión está instaurada es más difícil salir de ella.

No todas las personas con enfermedades depresivas padecen los mismos síntomas. La gravedad, frecuencia, y duración de los síntomas pueden variar según la persona  y su enfermedad en particular:
·         Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, vacíos, desesperanza y/o pesimismo.
·         Sentimientos de culpa, inutilidad, y/o impotencia.
·         Irritabilidad, inquietud.
·         Pérdida de interés en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba, incluso las relaciones sexuales.
·         Fatiga y falta de energía.
·         Dificultad para concentrarse, recordar detalles, y para tomar decisiones.
·         Insomnio, despertar muy temprano, o dormir demasiado.
·         Comer excesivamente o perder el apetito.
·         Pensamientos suicidas o intentos de suicidio.
·         Dolores y malestares persistentes, dolores de cabeza, cólicos, o problemas digestivos que no se alivian incluso con tratamiento.

La depresión es una enfermedad muy común, y causa muchos trastornos en su vida diaria a muchas personas en el mundo. Consideramos por tanto fundamental la PREVENCIÓN de la depresión. Esto se consigue por el intento de mejorar nuestras actitudes, para que se las transmitamos de una manera más neutra o más positiva a nuestros hijos, o por medio de una prevención en nosotros mismos: SI ME NOTO QUE ESTOY EMPEZANDO A CAER, VOY A PEDIR AYUDA, NO  VOY A ESPERAR A ESTAR MUY MAL, QUE TODO ME VA A COSTAR MÁS.


LA DEPRESIÓN NO ES MUESTRA DE DEBILIDAD, AL CONTRARIO ES  MUESTRA DE NUESTRA HUMANIDAD.


  Síntomas de depresión
    Algunos de los síntomas que pueden estar presentes en una depresión son los siguientes:
  - Pérdida de interés en las actividades que habitualmente se disfrutaban, lo que suele conllevar reducción de actividades, y reducción de participación social. Puede llegar a descuidar su aseo e higiene diarias.
  - Cambios en el apetito y en el peso (pérdida o ganancia).
  - Alteraciones del sueño (insomnio, despertar muy temprano o hipersomnia).- Sentimientos de culpa, de inutilidad o de indefensión.- Sentimientos de desesperanza o pesimismo. Baja autoestima. Tienden a tener pensamientos muy negativos.

-Es más típico que llore, o que esté casi constantemente con un estado de ánimo triste.      
  
-Dificultades para concentrarse, recordar o tomar decisiones.
-Pensamientos de muerte o suicidio, intentos de suicidio.
- Puede haber molestias y dolores persistentes del cuerpo o trastornos digestivos no causados por una enfermedad física, o quejas sobre esas molestias. Pueden sentirse fatigados sin causa aparente.
- También pueden existir muchas quejas sobre la poca atención que recibe de la gente

¿COMO PREVENIR LA DEPRESIÓN?

Como hemos resaltado al principio, la depresión es una enfermedad muy común, y causa muchos trastornos en su vida diaria a muchas personas en el mundo. Consideramos por tanto fundamental la PREVENCIÓN de la depresión. Esto se consigue por el intento de mejorar nuestras actitudes, para que se las transmitamos de una manera más neutra o más positiva a nuestros hijos, o por medio de una prevención en nosotros mismos:





SI ME NOTO QUE ESTOY EMPEZANDO A CAER, VOY A PEDIR AYUDA, NO
VOY A ESPERAR A ESTAR MUY MAL, QUE TODO ME VA A COSTAR MÁS.






I.                   DEFINICIÓN:

La depresión: ocasionalmente, todos nos sentimos melancólicos o tristes, pero estos sentimientos, por lo general, son pasajeros y desaparecen en unos días. Cuando una  persona tiene un trastorno depresivo, este interfiere con  la vida diaria y el desempeño normal y causa dolor tanto  para quien padece el trastorno como para quienes se  preocupan por él o ella. La depresión es una enfermedad  común pero grave y la mayor parte de quienes la padecen  necesitan tratamiento para mejorar.

Síntomas
No todas las personas con enfermedades depresivas padecen los mismos síntomas. La gravedad, frecuencia, y duración de los síntomas pueden variar según la persona  y su enfermedad en particular:
·         Sentimientos persistentes de tristeza, ansiedad, o vacío.
·         Sentimientos de desesperanza y/o pesimismo.
·         Sentimientos de culpa, inutilidad, y/o impotencia.
·         Irritabilidad, inquietud.
·         Pérdida de interés en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba, incluso las relaciones sexuales.
·         Fatiga y falta de energía.
·         Dificultad para concentrarse, recordar detalles, y para tomar decisiones.
·         Insomnio, despertar muy temprano, o dormir demasiado.
·         Comer excesivamente o perder el apetito.
·         Pensamientos suicidas o intentos de suicidio.
·         Dolores y malestares persistentes, dolores de cabeza, cólicos, o problemas digestivos que no se alivian incluso con tratamiento.





                                                                            


Esp. Pamela Delgadillo





                                                                                                    

jueves, 19 de julio de 2012

¿COMO LLEGAR A SER UNOS PADRES LO BASTANTE BUENOS? (Parte I )



Cuando se le recuerden o que le llamen la atención sobre sus errores o carencias, especialmente  cuando se trata de ese “sagrado” papel que es el de padres ha de  esperarse a que ellos incurran en reacciones defensivas como, por ejemplo, el rechazo: “Gracias a Dios, yo no soy así”. Puede que nuestra actuación como padres deja a veces algo que desear, solo tendrás que hacer un esfuerzo consciente para desviar esas energías hacia canales más constructivos, planificando de qué modo la pareja podemos servirnos de nuestras fuerzas y superar aquellas debilidades.

Comencemos analizando algunas cuestiones. Hablemos, en primer lugar, de lo negativo y lo positivo con los que podemos tropezarnos en el mundo de la  crianza y educación de los hijos:

Estudiemos ahora las características de lo “negativo”

Los siete “negativos” de  los padres que no son lo bastante bueno.

1.-Egoísmo

Querer que sus hijos-por cariño, diversión, compañerismo, poder o control-satisfagan, en primer lugar y por encima de todo, sus necesidades como padres. Manipular a sus hijos y encauzarlos hacia ciertas actividades y estudios de forma que ellos (los padres) puedan disfrutar de la gloria ajena. No estar dispuestos a sacrificar sus propias comodidades o placeres por el desarrollo de sus hijos.

2.-Ojeriza

Valerse del poder físico y emocional para herir a sus hijos, quizá porque envidien su potencial, éxito o incluso su juventud. Utilizar a sus hijos de “cabezas de turco” para descargar sobre ellos la ira y el odio que sienten contra si mismo, contra otras personas o contra el mundo en general. Negar comodidades porque ellos tuvieron (y quizá sigan haciéndolo) que arreglárselas sin ellas. Decir siempre la última palabra en una discusión o procurar por todos los medios derrotar a sus hijos en el juego o deporte favorito de estos. Estropear el orgullo que sus hijos sientan por un éxito, sacando a colación sus personales y meritorios logros.

3.-Infalibilidad

Saber siempre que es lo mejor y ser incapaces de apreciar que los valores de los demás también pueden tener peso; estar presuntuosamente seguros sobre el significado y la finalidad de la vida, y no permitir que los hijos desarrollen sus propias filosofías y códigos morales. Reacios a confesarse culpables de errores, aunque en su fuero interno sean conscientes de su propia hipocresía y culpa; dados a los sermones, aunque no siempre practican la virtud.

4.-Escepticismo

Sembrar constantemente la semilla del desaliento, poniendo de relieve que es lo que esta o podría ir mal, o de que forma algo se podría hacer mejor. Recelar generalmente de la gente y ser reacios a confiar en alguien, incluso en ellos mismos. Instar a sus hijos a que vean el mundo a través de cristales grises.

5.-Pesadumbre

Estar empapados de su propia e intrínseca aflicción como para ser incapaces de compartir y alimentar positivamente a sus hijos; dirigir con demasiada frecuencia la vista atrás y recrearse en lo “buenos y viejos tiempos” como si fuesen los “únicos” de su vida; mentalizar a sus hijos de que deben sentir pena por ellos (los padres) e incluso cuidarlos antes de que cubran sus propias necesidades; aferrarse a su propia tristeza  y dolor en tal medida que sean incapaces de apreciar y celebrar en toda su extensión los éxitos y alegrías de sus hijos; transmitirles, por ultimo, el mensaje de que podrían enmendar la insatisfactoria naturaleza de las personalidades o de las vidas de sus padres, siendo, por ejemplo, hiperasertivos, prósperos o famosos.

6.-Servilismo

Estar a disposición de todo el mundo y, como resultado de ello, quemarse y amargarse prematuramente, y que posean, por tanto, poca o ninguna energía que transmitir a sus hijos. Hacer demasiado por sus hijos para después preguntarse por que terminan ellos (los padres) siendo postergados, adoptar una actitud demasiado dependiente y desvalida o mostrar falta de respeto en vez de gratitud.

7.-Estancamiento

Resistirse al cambio y a las nuevas ideas. Adoctrinar a sus hijos a que “jueguen sobre seguros” y que se decidan por la opciones conocidas y fáciles. Darles un estilo de vida excesivamente controlado por la rutina y los ritos cotidianos, estilos que les deja poco tiempo y espacio para la espontaneidad y para enfrentarse a situaciones nuevas e interesantes. Ser incapaces de dilatar  los horizontes de sus hijos-curiosos por naturaleza-de intentar hacer nuevos amigos, viajar a diferentes sitios e incluso ver una gama variada de programas de televisión.


Los hijos que están continuamente recibiendo una sobredosis de la parte negativa estarían, casi con toda certeza, dañando su autoconfianza en algún grado u otro. Sin embargo hay una parte positiva que tienen que conocer los padres muy importante en su aplicación personal siendo ellos los modelos que sus hijos van a imitar logrando, en sus niños, cultivar una buena autoconfianza.    



                                                                                               Lic. Nelson Condor Alvarez