jueves, 4 de abril de 2013


Depresión  en el Niño.

 En la actualidad,  sabemos que la depresión es  uno de los diagnósticos; más frecuentes en la Salud Mental, pero que tanto sabemos de la depresión  en los niños; ¿somos capaces  de darnos cuenta que nuestro niño está deprimido?

Debido al  comportamiento de los niños, es difícil determinar si un niño tiene depresión o es simplemente una corta fase de cierto decaimiento o preocupación. Los niños que están deprimidos pueden decir que están enfermos, negarse a ir al colegio, aferrarse a su madre o padre sin querer soltarlo o comportarse mal en la escuela, con negatividad, mal humor, y sensación de ser incomprendido.  La depresión en los niños es un problema que ha de tomarse en serio para poder proporcionarle el tratamiento adecuado. El primer obstáculo con el que nos encontramos consiste en ser capaces de detectar la depresión. Con frecuencia, los niños sólo son llevados al psicólogo cuando los problemas son muy obvios o perturbadores para los demás. Tales como trastorno por déficit de atención con hiperactividad, oposicionismo, mal comportamiento, etc., sin reconocer que sus problemas de comportamiento se deben a una depresión subyacente.

La depresión en los niños varía según la edad de desarrollo en que se encuentre. Un niño o adolescente no suele decir que se en encuentra triste o deprimido, sino que suele decir que está aburrido, enfadado, harto de todo  o que  simplemente no es feliz.

Podemos distinguir en los niños ciertos síntomas; que nos podrán ayudar a diferenciar una tristeza, de una depresión; entre los síntomas tenemos:


·         Irritabilidad o ira
·         Sentimientos de tristeza y desesperanza
·         Mayor sensibilidad al rechazo
·         Apetito aumentado o disminuido
·         Cambios en el patrón de sueño (duerme mucho o demasiado poco)
·         Llanto
·         Problemas para concentrarse
·         Fatiga y baja energía
·         Sentimientos de culpa e inutilidad
·         Pensamientos de muerte o suicidio




Cabe indicar, que  todos los niños son distintos, y que no todos presentarán los síntomas mencionados, algunos  serán  distintos según el momento y el lugar.

 La mayoría de los niños deprimidos sufren un cambio considerable en sus actividades sociales, pérdida de interés en la escuela y bajo rendimiento escolar o un cambio en su apariencia. Algunos pueden empezar a usar drogas o alcohol, sobre todo por encima de los 12 años y los niños más pequeños también pueden intentar suicidarse.

 
¿Y una vez detectada la depresión en mi niño que es lo que puedo hacer? Los padres a menudo tienden a negar que su hijo o hija pueda estar deprimido; porque piensan que este diagnostico lo convierte a ellos en malos padres; que no han sabido cumplir bien su deber y que tienen mucha responsabilidad en la depresión. Pero, debemos tener en claro que si el problema no es tratado por un especialista,  no desaparecerá solo; si no por el contrario se agravará y  puede traer consecuencias serias.

 Los niños pueden deprimirse ante varias circunstancias y una infinidad de  motivos; algunos niños pueden tener dificultades para relacionarse con otras personas por su  carácter tímido, lo cual puede dar lugar a frustración, soledad, sensación de incapacidad y tal vez depresión. También pueden deprimirse los niños que son rechazados por algún defecto físico, o por no haber aprendido a comportarse del modo adecuado con sus compañeros, así como los niños que son víctima de abuso por parte de sus compañeros u otras personas; etc.

El ambiente en que vive el niño. La responsabilidad en la escuela, las tareas escolares, los problemas con los profesores o con compañeros de clase, etc., pueden estar ejerciendo una presión excesiva en el niño; del mismo modo  El ambiente familiar también puede ser el causante. Los problemas entre los padres son percibidos por sus hijos, quienes se ven afectados por las discusiones entre ellos, los problemas de sus hermanos mayores, todo esto se encuentra en su entorno y de alguna manera afecta sus pensamientos y conductas del niño.

 En todos estos casos, un psicólogo que evalúe con detenimiento el problema puede enseñar al niño las habilidades necesarias para relacionarse y lograr sus objetivos, los comportamientos adecuados, entrenarlo para usar un pensamiento realista y constructivo.; asimismo puede  entrenar a los padres para que aprendan a tratar a su hijo del modo más adecuado en función de su modo de ser, sus preferencias o gustos. Es fundamental entender a tu hijo y saber  cómo llegar a él,  implicarse en sus  actividades que le satisfagan y  conocer a sus amistades.

Para finalizas,  es muy importante recalcar que debe existir  confianza con nuestros hijos, estar constantemente vinculados con sus alegrías, tristezas, logros y fracasos;  y muchas veces ser más un amigo que padres. 

 




     Jashmine Ingrid Fuentes Rusffasce

Especialista del Consultorio Psicológico “CreceTú”