Depresión en el Niño.
En la
actualidad, sabemos que la depresión
es uno de los diagnósticos; más
frecuentes en la Salud Mental, pero que tanto sabemos de la depresión en los niños; ¿somos capaces de darnos cuenta que nuestro niño está
deprimido?
Debido al
comportamiento de los niños, es difícil determinar si un niño tiene
depresión o es simplemente una corta fase de cierto decaimiento o preocupación.
Los niños que están deprimidos pueden decir que están enfermos, negarse a ir al
colegio, aferrarse a su madre o padre sin querer soltarlo o comportarse mal en
la escuela, con negatividad, mal humor, y sensación de ser incomprendido. La depresión en los niños es un
problema que ha de tomarse en serio para poder proporcionarle el tratamiento
adecuado. El primer obstáculo con el que nos encontramos consiste en ser
capaces de detectar la depresión. Con frecuencia, los niños sólo son llevados
al psicólogo cuando los problemas son muy obvios o perturbadores para los
demás. Tales como trastorno por déficit de atención con hiperactividad,
oposicionismo, mal comportamiento, etc., sin reconocer que sus problemas de
comportamiento se deben a una depresión subyacente.
La depresión en los niños varía según la edad de
desarrollo en que se encuentre. Un niño o adolescente no suele decir que se en
encuentra triste o deprimido, sino que suele decir que está aburrido, enfadado,
harto de todo o que simplemente no es feliz.
Podemos distinguir en los niños ciertos síntomas;
que nos podrán ayudar a diferenciar una tristeza, de una depresión; entre los
síntomas tenemos:
·
Irritabilidad o ira
·
Sentimientos de tristeza y desesperanza
·
Mayor sensibilidad al rechazo
·
Apetito aumentado o disminuido
·
Cambios en el patrón de sueño (duerme mucho o
demasiado poco)
·
Llanto
·
Problemas para concentrarse
·
Fatiga y baja energía
·
Sentimientos de culpa e inutilidad
·
Pensamientos de muerte o suicidio
Cabe indicar, que
todos los niños son distintos, y que no todos presentarán los síntomas
mencionados, algunos serán distintos según el momento y el lugar.
La mayoría
de los niños deprimidos sufren un cambio considerable en sus actividades
sociales, pérdida de interés en la escuela y bajo rendimiento escolar o un
cambio en su apariencia. Algunos pueden empezar a usar drogas o alcohol, sobre
todo por encima de los 12 años y los niños más pequeños también pueden intentar
suicidarse.
¿Y una vez detectada la depresión en mi niño que es lo que puedo hacer? Los padres a menudo tienden a negar que su hijo o hija pueda estar deprimido; porque piensan que este diagnostico lo convierte a ellos en malos padres; que no han sabido cumplir bien su deber y que tienen mucha responsabilidad en la depresión. Pero, debemos tener en claro que si el problema no es tratado por un especialista, no desaparecerá solo; si no por el contrario se agravará y puede traer consecuencias serias.
Los niños
pueden deprimirse ante varias circunstancias y una infinidad de motivos; algunos niños pueden tener
dificultades para relacionarse con otras personas por su carácter tímido, lo cual puede dar lugar a
frustración, soledad, sensación de incapacidad y tal vez depresión. También
pueden deprimirse los niños que son rechazados por algún defecto físico, o por
no haber aprendido a comportarse del modo adecuado con sus compañeros, así como
los niños que son víctima de abuso por parte de sus compañeros u otras
personas; etc.
El ambiente en que vive el niño. La
responsabilidad en la escuela, las tareas escolares, los problemas con los
profesores o con compañeros de clase, etc., pueden estar ejerciendo una presión
excesiva en el niño; del mismo modo El ambiente
familiar también puede ser el causante. Los problemas entre los padres son
percibidos por sus hijos, quienes se ven afectados por las discusiones entre
ellos, los problemas de sus hermanos mayores, todo esto se encuentra en su
entorno y de alguna manera afecta sus pensamientos y conductas del niño.
En todos
estos casos, un psicólogo que evalúe con detenimiento el problema puede enseñar
al niño las habilidades necesarias para relacionarse y lograr sus objetivos,
los comportamientos adecuados, entrenarlo para usar un pensamiento realista y
constructivo.; asimismo puede entrenar a
los padres para que aprendan a tratar a su hijo del modo más adecuado en
función de su modo de ser, sus preferencias o gustos. Es fundamental entender a
tu hijo y saber cómo llegar a él, implicarse en sus actividades que le satisfagan y conocer a sus amistades.
Para finalizas,
es muy importante recalcar que debe existir confianza con nuestros hijos, estar
constantemente vinculados con sus alegrías, tristezas, logros y fracasos; y muchas veces ser más un amigo que padres.
Jashmine Ingrid Fuentes Rusffasce
Especialista del Consultorio Psicológico “CreceTú”
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