Durante los últimos años, ha habido muchos avances
tecnológicos como son los celulares de última generación, las computadoras
portátiles (laptop), etc., que intentan reemplazar, extender, o complementar la
real comunicación, y a partir de ello
nuestra vida social y afectiva ha cambiado, sobre todo los niños y
adolescentes que son “nativos” de esta nueva tecnología, muestran cambios en
sus vínculos familiares y/o amistades, no se trata de abolir la nueva
tecnología que puede ser muy útil, pero desligarnos de los vínculos puede
generarnos dificultades de contacto, creo que allí el problema parte de la
persona y de cómo use la tecnología.
Para Sergio Sinay uno puede estar conectado con
muchas personas y eso es lo que facilitan las nuevas tecnologías, pero esto no
quiere decir que estén comunicado con ellas, porque la conexión es un hecho
tecnológico y en esto ha habido grandes avances, pero la comunicación no es
tecnológica, la comunicación es artesanal, la comunicación necesita la mirada,
la escucha, la palabra con su silencio y su modulación, necesita la
presencia, el 30 % de la comunicación
humana es verbal y el resto no verbal, es decir, además de lo que decimos y escuchamos uno del
otro, nos estamos enviando muchos mensajes que también captamos, aunque no lo
estamos procesando en el momento. Todo esto es comunicación, entonces en una
comunicación ambos hemos elegido estar aquí y no podemos estar con otras
personas en este momento, estamos cada uno con el otro, y cumpliendo una
función y hay un compromiso mutuo de cada uno de nosotros, y hemos elegido y
hemos priorizado estar aquí, por lo tanto hemos postergado otras cosas, la
conexión nos permite hacer todo al mismo tiempo, tener 20 pantallas abiertas,
poner algo en facebook y que muchas personas lo
lean, y es bueno y útil, y ha servido para muchos movimientos sociales,
pero eso no es comunicación, esa es una herramienta, hoy hay un riesgo que esa
herramienta nos convierta a nosotros en herramienta de ella, que se invierta la
relación, y que nosotros tenemos que estar todo el tiempo corriendo para estar
actualizados respecto a la herramienta; y cuando hacemos eso tenemos que
empezar a postergar nuestros verdaderos vínculos, tenemos que postergar
actividades cosa que nos interesan mucho, porque tenemos la sensación de
quedarnos fuera de esta red de herramienta, nos quedamos afuera del mundo, y no
es cierto.
Muchas personas que hoy están conectadas y muy poco
comunicadas, y que tienen “amigos” en las redes sociales y muy poco amigos (sin comillas) en la vida real, que pueden avisarle a miles
de personas que hoy es su cumpleaños, pero que tiene pocas personas reales al cuales invitar a compartir ese día, entonces lo importante es empezar desde las personas y
no desde la tecnología, sino después se puede sumar la tecnología.
Lo que debemos buscar es el encuentro “humano” y no
robotizarnos, ni expresar nuestras emociones con un ( J ), sino
expresarlo directamente con todo lo que involucra nuestro ser por ejemplo:
palabras, gestos, miradas, etc. Buber nos habla de la relación Yo – Tú como una
forma de vincularnos con el ser humano, en donde se puede dar y aceptar el tú,
dado que establecemos el vínculo con el otro
que es capaz de entregarse a nosotros como nosotros a él, donde somos al
mismo tiempo sujetos de la relación, donde el objeto no existe; aquí es donde
el ser se expresa en el ámbito del lenguaje y es escuchado, cuando logramos
hablar con el Tú y que el Tú nos escuche y nosotros escucharlo, la posibilidad
de dirigir la palabra al otro, de percibirlo y que nos perciba, de mirarlo y de
que nos mire y de establecer el contacto
tanto físico como emocional. Éste es el diálogo genuino según Buber en donde no importa si es hablado o
silencioso, donde cada uno de los participantes tiene realmente en mente al
otro a los otros en su presente y particular ser y se vuelve a ellos con la
intención de establecer una vivida relación entre ambos. En el “Yo y Tú” Buber
insiste en la idea de que la relación es directa, es unidad y en ella no caben
los medios pues el encuentro se da en el momento en que los abolimos. Así ese
encuentro se convierte en presente y solamente puede ser presente una relación
donde no exista mediatez esa sería el “Yo- Ello”.
Reflexionemos sobre este mensaje profético que se
aplica perfectamente en nuestra
generación: “Temo el día en que la
tecnología sobrepase nuestra humanidad, el mundo sólo tendrá una generación de idiotas” (Albert
Einstein)
Escrito
por el especialista en Psicología: Rudy Jaramillo
Correo: Jeshua_xto_3@hotmail.com
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